La historia del sofá-cama que (quizás) desconocías

21 septiembre, 2023

Los sofás, divanes y camas existen desde la época de los antiguos egipcios, pero los sofás-cama modernos tienen una historia más reciente. Un sofá-cama es un sofá con un armazón plegable que permite convertirlo en cama, lo que lo convierte en un mueble que ahorra espacio.

Aunque no fue hasta mediados del siglo XX cuando los sofás-cama alcanzaron su máximo esplendor, la invención de los sofás-cama se remonta a la década de 1880.

A finales del siglo XIX, empezaron a despegar las innovaciones en materia de muebles para dormir y descansar. No pasó mucho tiempo desde que Sarah Goode patentó su escritorio-cama hasta que el inventor afroamericano Leonard C. Bailey patentó una cama plegable propia.

Los orígenes del sofá-cama

El verdadero origen del sofás-cama se remonta a la década de 1930, cuando Estados Unidos estaba sumido en una profunda crisis económica. Las familias buscaban formas de ahorrar dinero, incluida la compra de muebles, lo que hizo que aumentara su popularidad. Fue en esta época cuando el desarrollo de sus diseños no despegó hasta la década de 1940, cuando un hombre llamado Bernard Castro, decidió capitalizar esta nueva pieza de mobiliario.

Castro no inventó el sofá-cama, sin embargo, aprovechó la crisis económica para popularizar este mueble esencial para ahorrar espacio. Su gran aportación fue el sistema de apertura del sofá-cama, en 1948 realizó una de las campañas televisivas y radiofónicas más populares de Estados Unidos.

Al comprar un sofá-cama, la comodidad y la calidad son elementos esenciales a tener en cuenta. Nadie quiere comprar un sofá-cama que se rompa al cabo de un año o que al sentarse en él se note un muelle en el colchón. Por tanto, es una inversión importante asegurarte de que estás haciendo la elección correcta a la hora de comprar un sofá-cama.

El tamaño, la calidad, el estilo y el precio deben ser un factor a tener en cuenta a la hora de hacer esta importante elección. Una buena inversión en un sofá-cama debería durar años. Cuando busques un modelo de calidad y resistente, busca una estructura de madera fuerte y patas que lo sostengan.

La historia de las camas

La historia del sofá se remonta a la antigüedad, en concreto al Antiguo Egipto, hace millones de años. En aquella época, el sofá era un mueble que sólo poseían los privilegiados, como los emperadores, que se consideraban hijos de los dioses.

La forma rectangular de las camas modernas fue introducida por los egipcios, que pensaron que sería más cómodo tener una superficie elevada para dormir. Crearon entonces las primeras estructuras de una cama moderna, aunque en aquella época sólo se utilizaban colchones delgados y un ligero reposacabezas. En aquella época, las camas eran un mueble extravagante, a menudo acompañado de camas con dosel, cortinas y doseles para ayudar a mantener la temperatura si hacía frío.

El factor coste

Si comparamos el precio de un sofá-cama con el de una cama, la diferencia de precio será notablemente notable al comparar artículos de calidad similar. En otras palabras, un buen sofá-cama será más barato que una buena cama y un sofá-cama de mala calidad será más barato que una cama de mala calidad.

El coste es un factor importante a tener en cuenta al comprar un sofá-cama, pero no debe ser el único. El orden, el espacio y la comodidad también deben tenerse en cuenta a la hora de tomar la decisión.

El sofá Chester

El sofá Chester se remonta a principios del siglo XIX, cuando empezó a aparecer en los exquisitos y elitistas clubes sociales londinenses. Estos clubes sólo permitían la entrada a aristócratas varones, que utilizaban estos sofás para sentarse y charlar.

 

El sofá-cama tiene una larga e interesante historia que se remonta a cientos de años atrás. Aunque los sofás-cama modernos se inventaron como forma de ahorrar espacio en tiempos de penuria económica, ahora son muebles corrientes. Antes de invertir en un sofá-cama, asegúrate de tener en cuenta todos los factores, como el coste, la calidad, el tamaño y el estilo.